Mundo Gotico

sábado, 11 de junio de 2011

ANGELES CAIDOS


historia indicaría que Dios creó a los ángeles con libre albedrío, pero observó que podían ser engañados. Dios pensó que su creación podía ceder demasiado fácilmente al pecado. Su solución fue el fortalecer a algunos de sus ángeles en una búsqueda del bien por un acto divino. Luego creó otro grupo de ángeles, pero esta vez no les dio Su Gracia y esperó a ver que pasaba. Como esperaba, el segundo grupo de ángeles cedió al pecado. Por esto comenzó una guerra en el cielo que culminó con una legión de ángeles puros siendo lanzados como pecadores.
Así, esta idea es unida comúnmente con la del Orgullo, estableciendo que Lucifer tenía un ejército de ángeles apoyándolo, causando así la Primera Guerra en el Cielo cuando los otros ángeles se opusieron a su plan



Vampiros Urbanos


Para muchos no se trata sólo de una tribu urbana o una mera agrupación social. Aquellos que afirman ser góticos o siniestros (si bien existen matices distintos que permiten diferenciar ambos términos) comparten un mismo gusto estético, cultural y musical, así como sentido de pertenencia e idientidad a su grupo. Sin embargo, defienden la visión gótica del mundo como una forma de vida, como una auténtica filosofía. Se trata de personas con un carácter tolerante y un marcado individualismo filosófico. Apuestan por la diversidad social, la creatividad y el arte: tienden hacia la intelectualidad y rechazan el conservadurismo social. Acusados de ser cínicos, los góticos se consideran apolíticos, pues opinan que una afinidad política es una tema que radica en la conciencia personal de cada uno y ,por tanto, existen pocos conflictos entre ser gótico y tener una tendencia política. La tribu "siniestra" irrumpió en el panorama social muy a finales de los años 70, en el Reino Unido y más concretamente en Londres, gracias a la aparición de grupos musicales derivados del Punk. El grupo pionero fue Joy Division (su canción "Love will tear us apart" es el hito de la música gótica), y a este le siguieron bandas como Bauhaus, The Cure y Siouxsie and the Banshees. La base compositiva de estas canciones (la muerte, el amor, el sexo, la tristeza profunda y la depresión) sirvió para crear los cimientos de la filosofía de vida que en este post tratamos. La música gótoca es también conocida con el nombre de postpunk o música industrial y, sumando los grupos siguientes a los ya citados, destacan también Décima Víctimas, Parálisis o Slipknot.


Cuervos

La montaña lloraba sangre mientras los lamentos de las ánimas que pupulaban en peregrinaciones, tan sólo querían expiar sus culpas.

La acidez de sentimientos; de aquellos que alguna vez sintieron placer ahora eran presas de sus propios tormentos, del pasado que los condenaba sin darse cuenta de que ellos mismos ataban esos grilletes en sus muñecas y tobillos.

El aliento de los suspiros se había extinto y ahora sin aire que respirar, se encontraba un remolino salido del propio cielo, de alquien que los vigilaba, quien en un grito hizo que vidrios de las ventanas se quebaran y entraran por los ojos de los tuertos; el mar sucumbió ante las plegarias y encolerado sacudió a la montaña y a quienes se encontraban en ella. Las lágrimas de sangre ahora eran ríos de fuego que la boca de la montaña que escupía con asco y desilusión de lo que había pretendido ser o tener.

Todo había sido una farsa; la peor de las farsas era haberse encontrado con quienes cometían esos “errores” los mismos que disfrutaban de tales y después afligidos se flagelaban con coronas de espinas y látigos; los mismos que antes habían usado, no sólo en sus fantasías.

La tempestad se desató ante la furia de los dioses y así hizo desaparecer la montaña para no hacerla sentir nunca más y como en otras civilizaciones quedó recordada, cómo lo que fue, por sus habitantes, por sus hábitos y por la maldición que los tenía más que hundidos en el mar de lava, carcomidos por gusanos y con la carne hervida por el arrepentimiento y los pensamientos del “…Y si hubiera…”.

Pero no hubo más rendición, ni escape, todo se hundió y esas almas afligidas quedaron apagadas, calladas como las flamas de las velas en los candelabros que nunca más se utilizaron para la última cena.

Lo que se recuerda es la montaña, aquella montaña llamada de Los Cuervos, de esas almas con caretas y disfraces, sin luz, de esas mismas que aprovechando su ventaja, hundían sus deseos en lo profundo de otros ojos, mientras el viento sólo arrebataba llantos y clamos, súplicas que ahora sólo se escuchan en tardes, cuando alguien busca el arrepentimiento de aquello que sabe que hizo mal, cuando recuerda a la montaña sangrante, cuando los cuervos por sueños le persiguen.

Cuando los cuervos surcan los bosques y las colinas croacando… asustando a los arrepentidos. Haciendo memoria de lo que un día pasó, y de lo que podía pasar; de ese miedo que muchos tienen, pero que no se atreven a enfrentar.

Mirar a un cuervo en ese camino, mirar sus ojos de fuego, su brillante plumaje, temblar de miedo y no bajar la mirada, pues puede que sea una de esas ánimas y te lleve a las tinieblas y te impida disfrutar de los placeres que disfrutarás; tal vez, si llegas a estar vivo, de nuevo.